No hay ninguna mejora con el toque de queda

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Han transcurrido 22 días desde la imposición del semáforo rojo, decretado de manera intempestiva aquel viernes 23 de octubre

LA COLUMNA de El Diario / viernes, 13 noviembre 2020 |

-No hay ninguna mejora con el toque de queda

-Maru acepta las alianzas del PAN

-De siete, la cifra azul por la alcaldía juarense

-El MC tendrá impacto en el blanquiazul

Han transcurrido 22 días desde la imposición del semáforo rojo, decretado de manera intempestiva aquel viernes 23 de octubre.

De ese día a la actualidad se ha cumplido un ciclo de 14 días y medio de actividad del virus que provoca la enfermedad del Covid, y los casos de contagio no se reducen.

De nuevo ayer fueron cerca de 900 y un número elevado de muertes. Los hospitalizados tampoco se han disminuido ni las personas que desafortunadamente han tenido que ser intubadas.

No hay mejora con la medida draconiana adoptada por la administración estatal, al restringir las actividades.

Siguen los contagios y los muertos. Es fracaso total el manejo, porque está basado estrictamente en echar la responsabilidad en los ciudadanos, a quienes se culpa de todos los males.

Empieza Javier Corral a preparar el terreno para ampliar más allá de la semana que entra no solo el semáforo en rojo, sino las medidas excepcionales decretadas el pasado 4 de noviembre.

El panorama en estas condiciones no es nada halagüeño, más aún cuando ante la falta de recursos económicos, ha tenido que ser por ejemplo el Fideicomiso del Empresariado Chihuahuense o el sindicato de maestros de la Universidad Autónoma de Chihuahua, quienes han propiciado donaciones de insumos, porque del Estado no hay anuncio sustantivo al respecto.

Se está haciendo coperacha de cubrebocas y batas, porque está colapsado el sistema estatal de salud. El panorama es negro.

No son solo las camas, falta medicamento, y personal en el Estado, a pesar de que solo atienden en el estado a dos de cada 10 pacientes hospitalizados y cuatro de cada diez intubados. Es tal su deficiencia que ni así pueden con la carga.

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La gente de la alcaldesa de Chihuahua, Maru Campos Galván, está a la expectativa de la convocatoria para el próximo Consejo Estatal del PAN, que deberá ser antes de que termine el mes de noviembre (el 21 seguramente). Será una de sesión de acuerdos definitivos para el proyecto 2021 que lance el albiazul.

Si bien antes el equipo de Maru se había negado a la posibilidad de alianzas del PAN con otros partidos, porque ello significaría una designación directa de candidato que seguramente no le beneficiaría a la alcaldesa, ahora la postura ha cambiado. Aceptan la alianza con quién sea, pero con ella de candidata, por supuesto.

Pero el cambio de postura no es gratis. Casualmente la flexibilidad llegó tras los mensajes de una posible alianza a nivel nacional entre el Partido de la Revolución Democrática, Movimiento Ciudadano y Acción Nacional, cuyos líderes ya mostraron convicción de ir en bloque con tal de frenar el avance de Morena.

Y la dirigencia nacional del PAN, que encabeza Marko Cortés, vigila de cerca que el gobernador Javier Corral no imponga sus condiciones en las candidaturas de Chihuahua, lo que en automático favorece a Campos Galván.

Así, coalición al 100 por ciento o parcial, candidaturas comunes a las alcaldías, diputaciones locales y federales, lo que sea es negociable ahora si a la cabeza del proyecto va Maru. Tanto ella como sus colaboradores son prácticos y no se cierran a la idea de intercambiar posiciones entre panistas y los liderazgos de los otros partidos, solo que cada uno en su lugar.

La suma de factores también favorece a la presidenta municipal. La decisión del INE de ordenar a los partidos postular siete o más mujeres, la apuesta de la dirigencia nacional a las alianzas, e indirectamente a su proyecto, así como el debilitamiento de la oposición corralista dentro del mismo partido, parecen ponerle las condiciones ideales para que a principios de diciembre se alce con la candidatura y pida licencia a su cargo.

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Si nos apuran un poquito, la realidad es que no hay quinto, ni sexto, ni séptimo malo en la carrera panista por la candidatura a la Presidencia Municipal.

No son solo los cuatro blanquiazules reunidos el pasado fin de semana para defender su derecho a la nominación desde la base de su activismo y militancia partidaria: Raúl García, Jorge Espinoza, Rogelio Loya y Sergio Madero.

También con las mismas características de pertenencia a la casa azul, y con el plus interno de haber transitado desde el kínder partidario con Javier Corral, mantiene levantada la mano el regidor Enrique Torres.

No ha soltado la repartidera de despensas, le sigue sacando jugo a las distintas comisiones del Cabildo a las que pertenece y se apresta para presentar su informe, virtual, pero con sello dirigido a sus correligionarios de partido y la población en general.

Y desde afuera del partido, pero con fuertes padrinazgos al interior perseveran en su lucha por la nominación directo a la alcaldía, los fiscales de Justicia; el General, César Peniche, y el de la Zona Norte, Jorge Arnaldo Nava (subordinado el segundo del primero).

Ambos sin duda son académicos reconocidos y funcionarios públicos bien aceptados por distintos sectores sociales con todo y encabezar una dependencia en la que menos éxito ha tenido Javier Corral al frente de la gubernatura. La seguridad ha sido un sonoroso fracaso.

Por eso Peniche y Nava le apuestan más a su perfil profesional y a la confianza que se han ganado en el círculo más próximo de Corral que a su falta de historial partidario e inclusive carencia de popularidad. Una buena campaña suple rápido la segunda deficiencia.

Las definiciones no tardan. Los siete dependerán mucho de cómo se defina la candidatura a gobernador. Si en ese nivel hay negociación interna, los fiscales tienen posibilidad; si no hay negociación, seguramente levantarán la mano a quien gane una elección interna.

Si en buena lid Corral acepta que la candidata a gobernadora sea Maru, su condición podrían ser Juárez para Peniche o Nava… o Torres; y Miguel Riggs para la alcaldía de Chihuahua. Por ejemplo.

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Tenemos como factor presente también en ese contexto para el caso alcaldía de Juárez al Movimiento Ciudadano (MC). El excabadista, exadministrador de la ciudad, pero todavía alcalde suplente, Rodolfo “El Güerito” Martínez, le ha empezado a inyectar fuerza tanto a los naranjas con los que ha pactado como a su propio objetivo por la alcaldía.

Es inocultable la mano de Javier Corral en el MC. Ya mandó a sus filas a uno de sus excolaboradores en el Gobierno estatal, de bajo nivel pero ya está ahí uno de sus sobrinos y no hay decisión partidaria que no sea consultada con él por la dirigencia nacional de dicho partido.

“El Güerito” ha ido adquiriendo fuerza por sí solo. Se ha desmarcado de su exjefe alcalde, Armando Cabada, y se hizo del control del Sindicato Municipal de Trabajadores.

En MC pusieron al frente de la dirigencia estatal al exsecretario del Ayuntamiento de Parral, Paco Sánchez, (en lugar del exrector de la UACJ, Jorge Quintana) y de inmediato se hizo sentir con la presentación de “El Güerito”, de los otros enviados por Corral y sendas críticas al gobierno de Morena, a su Cuarta Transformación.

También esa eventual alianza del PAN con el MC, o particularmente de Corral con el MC, tendrá un impacto importante en las nominaciones que lleve a cabo Acción Nacional.