El Observador / 23 de noviembre 2020
Las cosas se pusieron color de hormiga hacía el interior de Morena: diputados, consejeros nacionales y estatales pintaron su raya ante la llegada del senador José Ramón Enríquez como delegado estatal para el 2021.
Fueron exactamente 966 rubricas plasmadas en un desplegado las que recibieron al funcionario de morena. El mensaje fue claro: en Chihuahua, para garantizar el triunfo de la 4T en la gubernatura, se requiere de un candidato de probada calidad moral, capacidad y trayectoria interna.
En pocas palabras, señalan que de los seis o más aspirantes a la candidatura solo uno o dos reúnen los requisitos, los demás enfrentan acciones legales que les tumban sus aspiraciones, unos por presuntos actos de corrupción y otros porque no son miembros genuinos del partido.
De esos que reúnen los requisitos, uno de ellos es el empresario Rafael Espino de la Peña, su honorabilidad, preparación y conocimiento resalta en el interés no solo de los morenistas sino hasta en las encuestas, de facto para el partido sería el candidato ideal que logre la unidad de los militantes.
Creen que el senador Cruz Pérez Cuéllar, quien la ha buscado y trabajado durante mucho tiempo, no reúne sus expectativas. Aunque el legislador tiene bastantes posibilidades como lo reflejan las encuestas porque ha fincado sus posibilidades hacia la ciudadanía.
El que si quedaría fuera es Juan Carlos Loera, sobre todo si se concreta la carpeta de investigación que dice tener abierta la FGR por presuntos actos de corrupción cometidos durante sus funciones como delegado del bienestar.
Otro que es considerado en esa selecta lista, es Víctor Quintana Silveyra, pero sus antecedentes sepultan sus aspiraciones. A don Víctor, aquel férreo activista que puso en jaque a dos a o tres presidentes municipales del PRI en comunidades serranas, no lo bajan de oportunista.
Quintana no es bien visto por el propio López Obrador, recordemos que lo traicionó para irse al gabinete de Corral y eso le caló en lo más profundo al presidente de la Republica y a los Morenistas o que el mismo Profe Chaparro me desmienta.
O solo basta recordar aquel 11 de mayo del 2016 cuando Manuel López Obrador confirmó que la Comisión de Honor y Justicia de Morena analizaba la solicitud de los militantes de expulsar del partido a Víctor Quintana, activista y fundador de Morena en Chihuahua y todo por irse de burócrata para quedarse sin juan y sin las gallinas.
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Múltiples interpretaciones en lugar de definiciones es lo que arrojó la decisión del Consejo Estatal del PAN, de no irse en alianza política para el año próximo.
Lo cierto es que no quedó nada escrito, primero porque a nivel nacional el PAN está impulsando y concretando las alianzas estatales para arrebatar gubernaturas a la 4T.
Segundo, porque los seguidores de Javier Corral no se dan por vencidos y saben que su candidato, es decir, el senador Gustavo Madero, no tendría ninguna posibilidad sin alianzas y con un partido que en su mayoría no lo quiere.
La alcaldesa Maru Campos lo interpretó como una decisión para un mejor futuro para el partido y para los chihuahuenses.
El Consejo dividió su voto: 48 fueron a favor de las alianzas con otros partidos, pero fueron derrotados por los 53 en contra y se registró una abstención.
El asunto es que están a pocas semanas de tomar decisiones definitivas y el Consejo del sábado no pareció amarrar muchas los cabos sueltos.
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Hoy arranca el denominado “semáforo rojo modificado” para las actividades económicas, sociales, deportivas, culturales, etcétera, con mayor flexibilidad que los 15 días anteriores.
Pero no será así para todos, bueno, al menos si no logran ponerse de acuerdo los comerciantes y restauranteros, a quienes prometieron ofrecerles medidas especiales para que puedan reabrir, siempre y cuando firmen un compromiso.
El gran reto de las autoridades es que esta flexibilidad a la que están accediendo por la presión, no se convierta nuevamente en un detonante para la pandemia.
El otro reto es para la sociedad entera, de poner todo de su parte, porque las muertes se cuentan ya por decenas, incluso hay días con cientos, y los contagios siguen entre 400 y 600, lo que son cifras por demás alarmantes.
Todos esperan que incluso no solo se supere el rojo, sino que se vuelva al naranja y rápido se ponga la situación en amarillo, pero no ponen nada de su parte.
El rojo modificado será por esta semana, pero al parecer serán los próximos 15 días y luego quien sabe.
La ganancia de las restricciones, el toque de queda, la ley seca, los fines de semana sin actividades son pírricas: apenas un entre un 2 y un 3 por ciento en reducción de contagios y ocupación hospitalaria.
Ese es el reto, mantener esa pírrica ganancia y no desatar otra vez el pandemónium con las muertes, pero la cosa no es nada sencilla.
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Felipe Calderón y si esposa Margarita Zavala anunciaron que la asociación México Libre, a pesar de que no obtuvo el registro como partido político, si participará en las elecciones del año próximo.
Afirmaron que se mantendrán como asociación política, postulará candidatos propios y podrá aliarse con partidos políticos para contender.
Su intensión, dicen, es sumarse a las múltiples alianzas que se están formando por todo el territorio del país, para derrotar a la 4T y Morena en las elecciones del 2021.
En un posicionamiento, se pronunciaron por consolidarse como una organización ciudadana que participe en todos los aspectos de la vida pública, hacer críticas y propuestas de solución a los problemas de México.
Además vigilarán que la acción gubernamental se subordine al bien común.
“Con o sin registro, México Libre es una fuerza ciudadana viva gracias al esfuerzo de cientos de miles de mujeres y hombres que defienden la libertad, los principios democráticos y el Estado de Derecho. Seguirá en lucha contra el autoritarismo y todas aquellas expresiones, formales o no, que violenten el orden constitucional”, definió Calderón.
