Más encierro del soportable

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El gobierno del pueblo se ha vuelto sin piedad ni misericordia contra el pueblo

LA COLUMNA de El Diario / domingo, 15 noviembre 2020 |

Una célula Covid cerró y multó una zapatería. Una célula Covid clausuró un restaurante y le aplicó sanción económica. Una célula Covid sancionó a barberías. Un agente vial amonestó a conductores. A varios de ellos les aplicó multas Covid por traer más de dos pasajeros o por violar el toque de queda. Policías municipales han detenido y multado casi a 20 ciudadanos (en distintas poblaciones del estado) por no portar cubrebocas…

El gobierno del pueblo se ha vuelto sin piedad ni misericordia contra el pueblo. El tropel del Covid y sus daños consecuentes ha dejado claramente establecida la incapacidad para gobernar del régimen electo en julio del 2016.

El toque de queda o imposición de otro decreto con medidas severamente restrictivas no frenó el arrasamiento del virus con cerca de 350 fallecimientos y más de tres mil contagios solo desde que fue implantado el miércoles de la semana pasada.

No soportó el corralismo la carga de la responsabilidad en tiempos de normalidad social y optó por tapar con distintos disfraces su incompetencia en todos los sentidos, incluida la corrupción no aceptada cuál vergonzosa infección que debe ser encubierta, pero existente y comprobable en la realidad.

Si no pudo Javier Corral en tiempos normales, finales del 2016, 2017, 2018, 2019… ahora contra la pandemia de plano no solo terminó por bajar los brazos de su grave responsabilidad como gobernador, sino que de forma poco digna y nada decorosa, ha culpado a la población de contagios y muertes. Y sobre los mismos chihuahuenses ha dejado caer todo el peso del castigo económico y literalmente físico. Al luto y al dolor por la mortandad ha sumado la devastación de la economía en negocios y hogares.

Hoy da la impresión que Corral Jurado obtuvo la gubernatura mediante la violencia, no a través del voto popular; pareciera que llegó por lo que pudiera denominarse un golpe de estado y no a través del socorrido sistema democrático.

Está descargando sobre la ciudadanía acciones de autoridad que no corresponden al político agradecido que en algún momento electoral recibió la confianza de una mayoría en las urnas para representarla en el Poder Ejecutivo como empleado en el gobierno no como dueño del gobierno.

Este domingo es el segundo domingo que los juarenses, los chihuahuenses todos, deben sufrir con impotencia el peso del encierro literal en sus casas.

El gobernador no tuvo más creatividad para enfrentar la crisis de salud que paralizar por completo al estado y castigar de distintas formas a los infractores de una serie de medidas tiránicas.

Incluyen las decisiones el colmo de una inconstitucional Ley de Cubrebocas para ser aplicada con multas y cárcel contra quienes no la cumplan, incluidos menores de edad, incluidos quienes carezcan de efectivo para adquirir el accesorio.

Ante la incapacidad para comunicar asertivamente, ante la falta de interés y voluntad por implantar medidas preventivas intensas y sólidas, frente al desconocimiento técnico y científico del virus, se ha impuesto el ejercicio del garrote como única opción de autoridad.

Quizá también es lo anterior en desquite porque los chihuahuenses no han aplaudido el golf, el tenis, el derroche en viáticos y en aviones, y porque no han sido nada considerados al momento de cuestionar justamente el fracaso del régimen y sus incontables liviandades.

Hay descontento y enojo generalizados. A nadie produce alegría pagar de sus impuestos las terapias del mandatario en el green ni flamantes vehículos de lujo para sus funcionarios.

Con un rictus de entiendan pero cargado de emociones negativas escondidas contra la falta de aprobación a su gobierno, Corral confesó hace unos días ese ánimo antisocial:

“… porque este virus se ha esparcido con mayor fuerza ante el egoísmo, la falta de conciencia, responsabilidad y de solidaridad de la sociedad en general”.

Lanzó como meteoritos abrasantes esas palabras sin la menor moralidad en lo dicho. No acepta entonces que es el capitán al frente del timón social y lo usa únicamente para cobrar sin falta cada 15 días. Lo utiliza también para suplir las palabras, la paciencia necesaria en la disuasión, el ejercicio correcto de gobierno, con policías que instalen rejas en cada domicilio de cada familia, lleven a cualquiera de sus miembros a la cárcel y/o los empobrezcan todavía más con multas incomprensibles. Trump al menos le echa la culpa a China por el virus y sus consecuencias, Corral a los chihuahuenses.

***

“Al terminar este decreto de 15 días no queremos ni un día más de restricciones de este tamaño”, le dijeron al Gobierno del Estado 18 representantes de organismos empresariales de la ciudad de Chihuahua.

Sostuvieron un encuentro virtual el jueves al mediodía con funcionarios de la Secretaría de Innovación y Desarrollo Económico. Andan al punto de la quiebra sus empresas; muchas otras han dejado de existir.

Por un lado fueron convocados los miembros del Consejo Coordinador Empresarial que integra a 18 organizaciones de industriales, ganaderos, empresarios mineros, ejecutivos de ventas, agencias de vehículos, radiodifusores, consejo patronal, hoteleros, consejo agropecuario, empresas maquiladoras, etc.

Por otro lado, el propio Corral tuvo en su despacho de Palacio de Gobierno a importantes empresarios de la ciudad y del estado como Edibray Gómez (Presidente de Canaco en la ciudad de Chihuahua), Samuel Kalisch Valdez, Miguel Guerrero, el juarense Carlos Murguía, al manzanero Luis Antonio Corral, a Enrique Terrazas Torres y a Álvaro Bustillos.

Poco se supo de la segunda reunión. Ocultó el Gobierno del Estado su contenido. Ni siquiera habló el presidente de Canaco, Edibray, a pesar que lidera a una gran cantidad de comerciantes capitalinos terriblemente castigados por el draconismo de Palacio.

Pero del primer encuentro quedó establecido que los miembros del Consejo Empresarial se negaron inclusive a un solo día más de restricción sobre los 14 prometidos por Corral cuando anunció el decreto, y que se cumplen el miércoles próximo.

Los empresarios organizados de Juárez fueron convocados por Zoom hasta un día después. Al menos ahora su voz fue escuchada de esa manera aunque tuvieron la sensación de un intento de división por parte del Estado tanto entre los agremiados de Juárez como los de Chihuahua.

Corral no sufre penuria alguna en su burbuja dorada. No hay chihuahuense que desconozca sus hobbies ni su alergia por el auténtico trabajo de gobierno. De hecho, más allá de alguna pantalla de televisión o red social, en el fondo no muestra mayor preocupación ni por la crisis de salud ni por los terribles estragos económicos.

La enésima demostración de ello es que el viernes tuvo una nutrida agenda de asuntos personales en su propio despacho de Palacio de Gobierno (Palacio Electoral) mientras los chihuahuenses permanecen con el alma en un hilo, mientras cientos de microcomerciantes de tianguis imploraban ese mismo día desde las calles aledañas a las oficinas gubernamentales platicar con él y buscar opciones a su falta de ingresos para llevar el sustento a sus hogares.

Corral hizo lo de siempre. Mutis y desprecio total. Siguió campante sus reuniones con la expresidenta del PRI en el estado, Graciela Ortiz González; con el titular de la Junta Municipal de Agua en Chihuahua, Roberto Lara, quien llegó para anunciar su separación de la dependencia a ir por una candidatura; también estuvieron ahí el priista Jesús Velázquez; el senador por Nuevo León, Víctor Fuentes;  Miguel Latorre, Miguel Riggs… Todos por separado, todos con asuntos hacia la campaña electoral del 2021. Nada que ver con el SarsCov2.

Siguen días, semanas y meses de más sufrimiento pero de indispensable paciencia. Las vacunas y los medicamentos contra el virus caminan lento y significan toda la esperanza hacia el triunfo anhelado.

Los paliativos, la confianza, la consideración, que debieran estar a cargo del gobierno, ya no han aparecido por ningún lado ni traducidos en despensas más allá de las distribuidas por algunos municipios, Chihuahua, Juárez, Delicias, Cuauhtémoc, Parral, entre algunos.

Solo queda la firmeza de la propia sociedad para impedir de Corral mayores abusos y mayores restricciones a las posibles de soportar.