*EL SÍNDROME DEL ÚLTIMO AÑO LO TOCÓ * QUIERE TODO A CAMBIO DE NADA *JAVIER-CESAR, UNO COMO EL OTRO * LA POLÍTICA COBRA CARO LOS EXCESOS

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La Visión de Chihuahua / 21 de agosto 2020

Cerré la entrega de ayer explicando que Javier Corral enfrenta tres obstáculos en su propósito de imponer a Madero en la candidatura del PAN. Éstos son la resistencia de santones y militantes ¿cómo hacerlos entender, contra la naturaleza y el interés del partido, que la mejor propuesta es un perdedor asiduo?; la intervención de influyentes empresarios que se ven amenazados por Morena, recriminan la división del PAN alentada por el gobernador; y la definición –si quieren dejarlo en simpatía, da igual- de Marko Cortés a favor de Maru Campos ¿cómo exigir al CEN que lo apunte de primero en la lista de plurinominales a diputados federales y a Cortés que lo haga líder de la bancada, sin entregar nada a cambio?.

No existe razón objetiva, práctica, política, de interés partidista que Javier pueda aducir válidamente contra esos tres obstáculos. Explique y convenza a santones, empresarios, militantes sinceros que la mejor opción es Madero. No están ciegos ni son tarugos, saben que la única capaz de presentar un frente competitivo contra Morena es Maru Campos ¿Cómo cambias esa realidad, Javier?.

La obstinada sin razón tiene un agravante. En estos momentos está en juego el rumbo del país, el presidente López Obrador se ha decantado hacia la peor izquierda, la de Chávez y Fidel, avanzando en esa dirección con la histórica estrategia de dos pasos hacia el frente y uno hacia atrás. Desfondado y atemorizado el PRI, alineados y mercantilistas los nanopartidos, la responsabilidad de frenar el avance hacia un régimen de dictadura genocida queda en los ciudadanos convencidos del peligro en que está nuestro país, y en el Partido Acción Nacional, único instituto político en condiciones de presentar oposición.

Esos empresarios, esos santones a los que Madero llama “ratoncitos miedosos” –ya hicieron una primer carta pública- y esos militantes informados observan los desplantes de Javier dividiendo al Partido y, en consecuencia lógica, abriendo el camino a Morena y le repatea. Concluyen que pudiendo hacer una campaña competitiva con posibilidades de triunfo, el PAN se descalifica así mismo y abre paso a Morena. En la simpleza de su conclusión radica la sabiduría, el sentido común.

También observo en Corral “el síndrome del último año” que suelen sufrir los gobernadores al final de su mandato. César Duarte presentó las sintomatología completa: Estaba sinceramente convencido de que el rechazo ciudadano a su persona era sólo en la ciudad de Chihuahua, que en Juárez y el resto del estado lo adoraba. Creía que ganaba elecciones antes de que éstas empezaran, por que nulificaba al adversario. Pensaba que era más importante que el entorno político y suponía que lo manipulaba a su antojo. Estaba seguro en su capacidad de manipular el voto ciudadano, distribuyéndolo cruzado a su interés. Fantaseó con que la política es como la escuela, por grados; de diputado a gobernador, de gobernador a presidente.

Nunca se percató, por más señales recibidas, del enorme desprestigio que arrastraba, el hartazgos social por tanto abuso, de la ofensa ciudadana por su incontenida corrupción. El hombre seguía soñando que las elecciones no eran más que un trámite, que ganaba la gubernatura hasta con un candidato inexpresivo de cara cuadrada como Serrano. Las urnas le dijeron no.

Algo sucede a los gobernadores en el último año, pierden el sentido común y la agudeza política que los llevó a tales niveles de éxito. A su modo y circunstancia, Javier Corral camina sobre los pasos del odiado vulgar ladrón; como Duarte, piensa que es más importante que la política. Cómo Duarte, está convencido de que sólo él tiene la interpretación correcta del momento. Como Duarte, sueña con portar la Banda Presidencial. Cómo Duarte, se ve más listo de lo que es y nos ve más pendejos de lo que somos. Como Duarte, cree que sus actos no tendrán consecuencias.

Artemio Iglesias, un sabio de la política que por desgracia no llegó a gobernador, decía que “La política todo da, pero también todo cobra”. Duarte está pagando sus excesos, abusos y corruptelas con prisión ¿Cómo pagará Javier Corral su catálogo personal de arbitrariedades, abusos y obstinaciones? Pronto sabremos, nada es más seguro que la muerte y la temporalidad del poder. Si el PAN postula a Madero de candidato a gobernador, merma sus posibilidades de victoria y cancela la opción de alianzas con otras fuerzas. Madero quiere ser una especie de candidato ciudadanizado, atrayendo a su proyecto fuerzas y liderazgos fuera del PAN. Pocos querrán abrazar su causa, es riesgo de perder es muy alto.