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De vuelta al rojo por ‘alarmante’ abandono

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Ah, ya reapareció Javier Corral en el tema de la pandemia que ha enlutado a miles de hogares y golpeado sin clemencia el exiguo patrimonio de quienes menos tienen

LA COLUMNA de El Diario / viernes, 23 octubre 2020 |

-De vuelta al rojo por ‘alarmante’ abandono

-Más señales del descontrol de la pandemia

-Respaldan a Cabada en bloquear frontera

-No quedó relación con AMLO ni para cortesía

Ah, ya reapareció Javier Corral en el tema de la pandemia que ha enlutado a miles de hogares y golpeado sin clemencia el exiguo patrimonio de quienes menos tienen.

Andaba el señor muy ocupado peleando contra Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y buscando alianzas con otros gobernadores del país para su supervivencia política en el 2021 mientras los chihuahuenses eran hundidos hasta el fondo por el Covid.

Apareció para girar una orden a sus funcionarios y a un fantasmal Consejo Estatal de Salud: colocar a todo Chihuahua nuevamente en semáforo rojo frente al incremento en contagios y hospitales llenos de enfermos.

Así de simple fue girada la instrucción hacia un rojo no igual que el del 21 de junio pasado hacia atrás. Por ejemplo no habrá rojo total para la venta de alcohol ni muchas otras actividades económicas importantes. Ahora es más coercitivo pero contra “el individualismo, el egoísmo y la falta de conciencia y disciplina de la sociedad”.

Lo que no ha habido desde que inició la pandemia es gobernador para liderar las medidas preventivas y reforzar al sector salud. La falta de conciencia, la falta de disciplina… la propia falta de autoridad por parte de Corral han sido proverbiales.

Entre abril y mayo hubo plantones y protestas del personal de salud exigiendo mejores condiciones para desarrollar su actividad.

El gobernador les aventó unas aspirinas convertidas en “bonos covid” con duración menor a un mes. De castigo les impuso a un economista sin cédula profesional como secretario de Salud, Eduardo Fernández Herrera, además con sendas demandas penales en su contra por corrupción.

Ahora que Corral decreta de nuevo el rojo, las condiciones en Salud son las mismas. “Es un problema alarmante el que varios directivos demuestren un escaso compromiso institucional, muy poco sentido social y humano…  No es posible que con la experiencia del curso de la pandemia no se tengan los insumos de protección , la disponibilidad de atención en calidad y cantidad… y no se cumplan las directrices de los protocolos normativos para enfrentar este incremento de contagios por el Covid 19”.

Esas palabras la dirigió en oficio formal el dirigente estatal del Sindicato de Salud, Pablo Serna, apenas el 19 de octubre precisamente a Fernández Herrera.

Aquí enseguida, en Texas, los homólogos de Corral anunciaron ayer mismo el envío de 460 profesionales de salud y más personal médico a la región de El Paso para enfrentar una situación similar a la de Chihuahua.

Allá sí se nota que hay gobernador para dirigir y ayudar, no sólo para dictar órdenes de semáforo rojo, pasear en avión, jugar golf y echar la culpa al egoísmo y la indisciplina de la sociedad.

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En el momento más crítico de la pandemia, precisamente el personal del Hospital General de Chihuahua, de un centro de salud en Creel y las oficinas de la Secretaría de Salud en Parral se instalaron en plantón de brazos caídos. En Juárez habrá protesta este viernes.

El hecho no debe tomarse a la ligera, pues con esto el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud que encabeza Pablo Serna vuelve a sacar las uñas por los malos tratos y la indolencia con que la autoridad estatal maneja la contingencia sanitaria.

Los reclamos son dirigidos al director del hospital de la capital, Carlos Benítez Pineda, así como a María Elena Martínez, administradora de la Jurisdicción Sanitaria de Parral, y Susana Barrón, titular de la Jurisdicción en Creel, municipio de Bocoyna.

Las quejas van desde el nepotismo hasta el mal uso de los recursos para atender la pandemia, desviados a caprichos personales. Lo mismo es en Juárez.

Adicionalmente ha surgido otra agrupación gremial en Chihuahua, con representación desde Juárez hasta la sierra. Se trata del Sindicato de Trabajadores del Sistema Nacional de Salud, que agrupa a personal no sólo de la secretaría estatal, sino de instituciones diversas vinculadas al sector. Lo dirige el enfermero Antonio Martínez García.

La nueva organización reclama malos tratos, amenazas y hostigamiento de la Dirección de Recursos Humanos, Ruth Bocanegra, por instrucciones del secretario de Salud, Eduardo Fernández, aliado, hasta antes de esta aparente ruptura, del primer sindicato en mención.

Por ahora la crisis gremial en el personal de la salud pareciera alcanzar sólo esas regiones donde ahora hay paros y protestas, de las cuales sólo la capital muestra signos críticos en cuanto a contagios y muertos por coronavirus.

Pero es más grave el problema de lo que aparenta y puede interpretarse como una señal más del descontrol de la pandemia, que ha colapsado al sistema de salud.

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La exigencia que presentó el alcalde Armando Cabada a la Secretaría de Relaciones Exteriores, de restringir los cruces no esenciales de El Paso a Juárez, no es descabellada ni es una novedad. Es un reclamo de los juarenses que se ha agudizado conforme la pandemia ha mostrado su fuerza.

Incluso en la Aduana mexicana y el Instituto Nacional de Migración, que son quienes vigilan las puertas de acceso al país por Juárez, reclaman el trato injusto que existe en la relación binacional. Estados Unidos mantiene sus restricciones desde el comienzo de la emergencia -y las aplazó hasta el 21 de noviembre- mientras que México permite el libre paso en aras de la buena relación y sobre todo para mantener el flujo económico.

Por ello los funcionarios federales que laboran en los cruces internacionales no ven con malos ojos la postura que hizo pública el independiente Cabada; esperan que presten oídos en la SRE, que encabeza Marcelo Ebrard.

Esa exigencia engloba el reclamo mexicano, no sólo de los juarenses, porque ciertamente la actividad económica esencial debe mantenerse, más no los cruces indiscriminados que se dan hasta la fecha. Claro que eso no afecta la relación con la ciudad vecina de El Paso, cuyas autoridades están conscientes lo que significa ser considerada una de las que más casos Covid registra de toda la Unión Americana.

Es cierto que la mayor responsabilidad de prevenir está en los ciudadanos, sean de México o de Estados Unidos, pero la autoridad federal tiene en sus manos una herramienta útil para alentar la desaceleración de los contagios. No hay razones para no usarla. Habrá que esperar si la SRE presta atención a los argumentos del alcalde.

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Para Andrés Manuel López Obrador, Chihuahua incumplió su parte en el pago del Tratado de Agua con Estados Unidos aunque después matizó o quiso suavizar esa expresión aclarando que el problema no era con el pueblo de Chihuahua, sino con su gobierno. Señaló a Javier Corral de introducir elementos político-electorales en el tema del agua. Politiquerías, las ha llamado el presidente.

A manera de síntesis, en noviembre del año pasado iniciaron las negociaciones entre agricultores y la Conagua, y en diciembre de ese mismo año, en Bucareli, reunidos los gobernadores del norte del país y autoridades federales, se firmó un acuerdo en el que Corral aceptó (plasmada su firma hológrafa en dicho documento) entregar el 100 por ciento del agua correspondiente a las presas de Chihuahua. El documento mencionado se puede ver y consultar en la página oficial de la Segob en el vínculo https://bit.ly/37Kkyr1

En los hechos, durante los primeros meses de este año y mientras el conflicto arreciaba, la postura de Corral fue más que tibia, indiferente y hasta favorable al gobierno federal según afirmaron entonces algunos líderes agricultores, quienes le exigieron al gobernador saliera en apoyo y defensa de su causa. Ante la enorme presión no sólo del sector de productores agropecuarios sino de la sociedad entera, a Corral no le quedó más que definir una postura contraria a lo que había firmado en la CDMX en la Segob, lo que desató la ira de López Obrador, quien de traidor no baja al mandatario estatal.

Finalmente, el tratado de 1944 se cumplirá en sus términos, se utilizará para ello el agua de presas internacionales con lo que México no será objeto de represalia alguna, pero nadie le quita de la cabeza al presidente López Obrador que, en Chihuahua, con Corral, no tiene un aliado, vaya, ni siquiera una relación de cortesía institucional.

Lejos, muy lejos, quedó aquella fría mañana juarense de rayadas recién horneadas y café negro bien caliente presumidos por Corral a López Obrador.