Busca superar el Covid en hospital de amigos

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El Diario de Chihuahua / Columna miércoles, 08 julio 2020

-O rojo o amarillo pero no naranja

-Obligado y tormentoso encuentro Trump-AMLO

-Desde Gobernación arman la estructura

Es, como dijimos, en el conocido y prestigiado nosocomio localizado casi sobre avenida Ocampo y Bolívar, donde convalece su contagio por Covid el secretario de Salud, Jesús Enrique Grajeda.

Pudo haber sido internado en el hospital privado donde tiene convenio gobierno del estado, pero se inclinó por una institución donde tiene sus cuates, médicos de experiencia y se siente en casa. Al final de cuentas, la subrogación del costo corre por cuenta de gobierno.

El examen en el cual salió positivo corrió a cargo de una institución médica también prestigiada pero localizada casi sobre Periférico de la Juventud.

Trae como antecedente inmediato una tomografía sobre pulmón, que arrojó un cuadro leve de neumonía, lo que precipitó su internamiento, en el cual está sometido a oxígeno y medicamento remedial. Su estado de salud es bueno.

Quien no se encuentra en esas condiciones positivas es el Director Ejecutivo de la Secretaría de Salud, Jesús Flores Montana.

Nos indican que su estado de salud requiere atención de mucho mayor cuidado. La edad es la principal preocupación hacia el oftalmólogo.

 No son el del Secretario y el del Director Ejecutivo los únicos casos en la estructura de la Secretaría de Salud.

Hay otros funcionarios medios que también han dado positivo al Covid por los viajes que han realizado últimamente.

Sin recato han seguido el ejemplo del secretario y del mismo gobernador, que han viajado en las últimas semanas arriesgándose, pese a las recomendaciones que desde esa misma institución de salud, se reproducen incesantemente.

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Gustavo Madero Muñoz saca la cabeza de vez en cuando. Está oculto en su imperceptible trabajo legislativo. Sabemos que es senador por la página de transparencia que publica su sueldo, pero de ahí en más no existe otra evidencia.

Publicó un tuit en el cual se declara “virgen de las mañaneras”. Su crítica hacia la sobre exposición presidencial es contundente.

Sin embargo no voltea hacia Chihuahua. Ahí su protector se placea por redes sociales dos horas lunes, miércoles y viernes. Los jueves, otras dos horas en el programa de seguridad. Los martes, también le dedica el mismo espacio a la conferencia de prensa con preguntas a modo. Los miércoles por la noche en cadena estatal, otras dos horas por medio del favorito negocio de casa, el canal 28. No hay tarea de gobierno. Y todavía descansa sábado y domingo.

Tiene Javier Corral una exposición mediática del tamaño de la presidencial, sin rubor alguno, pero con infinitesimal resultado. Pretende ser conductor de televisión; hace entrevistas y elabora mensajes de propaganda de su gobierno.

Ojalá Madero sea también virgen del show mediático de Corral, de otra manera está perdiendo el tiempo irremediablemente. Ser virgen de las mañaneras no le ayuda en nada, si se entrega en corazón, alma y cuerpo a las andanzas mediáticas con penetración mediocre del gobernador chihuahuense.

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Indudablemente alguien miente. La imagen que le mostramos en nuestra versión digital es muy clara. Los casos activos de Covid entronizados a nivel federal son una ridiculez frente a los manejados a nivel estatal.

Tiene acreditados 144 casos activos la Secretaría de Salud federal, mientras que la Secretaría estatal contabiliza no menos de mil 400, de manera constante en los últimos veinte días. No puede ser sólo un error de cálculo.

Es abismal la diferencia en este rubro, pero no es el único, ahí está el número acumulado de positivos. A nivel federal se contabilizan 3 mil 426, pero a nivel estatal se contabilizan mil quinientos más.

La descoordinación es evidente, pero más que ello, los datos sólidos para adoptar decisiones son diametralmente lejanos. Es casi el cincuenta por ciento adicional. No es cosa menor.

La óptica federal es muy distinta a la estatal, así como la adopción de medidas. La consecuencia debería ser natural. Si son ciertos los datos federales, deberíamos cuando menos estar en semáforo amarillo; si son ciertos los estatales, nada tenemos que hacer en semáforo naranja.

Hay irresponsabilidad indudable en el manejo de la información. En ese contexto, el secretario enfermo, la comandanta Beltrán ajena, Arturo Valenzuela maquillándose candoroso para su aparición en TV. Se lavan las manos con simpleza, mediante artilugios mil, pero no existe explicación alguna que sea congruente.

Son tres meses de manejo de información caprichosa, mediante marcador vil rojo, naranja, amarillo o verde, con la cual se tiene secuestrada la actividad de los chihuahuenses, con grave repercusión económica y social que no podrá recuperarse.

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Complicado el viaje del presidente Andrés Manuel López Obrador, que hoy tiene su culmen y único momento con una serie de reuniones exclusivas con el presidente y candidato republicano a la reelección Donald Trump.

Difícil convencer al caucus hispano o a las organizaciones mexicanas que no pudieron reunirse con el mandatario mexicano, con el argumento de la seguridad sanitaria por motivo del Covid. 

Ya en Washington, podía el tlatoani mexicano hacer una reunión con muy pocos asistentes, pero contrario a ello su agenda tuvo como vértice exclusivamente al homólogo norteamericano. Los memes no se dejaron esperar, “cenas y te vas”, le dijeron.

La apuesta mexicana por la reelección de Trump es arriesgada, con todo y el sainete armado por un viaje en vuelo comercial, que es igual de riesgoso que subirse a una combi en la ciudad de México. Su comitiva, por el contrario, en vuelo de lujo en aeronave de la Secretaría de la Defensa Nacional.

Los días siguientes serán tormentosos, comidilla de la oposición, que no ha dejado de difundir aquella demanda añeja del candidato de Morena contra el Presidente republicano por la construcción del Muro, cuyo fantasma revolotea las reuniones del día de hoy.

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Muy discretos, el representante de la Secretaría de Gobernación, Omar Holguín y el secretario de Organización del Comité Estatal de Morena, Andrés Domínguez, se han reunido en por lo menos tres ocasiones el último mes. Lo han hecho incluso a deshoras en las oficinas del partido y en alguno de los pocos restaurantes con servicio, en las mesas más apartadas.

Más que la grilla habitual de los morenos, ambos tienen la encomienda de preparar la estructura electoral del partido con miras a las elecciones del año próximo. De ahí que tras cada encuentro llamen a sus operadores en varios municipios de la entidad para enterarlos de los acuerdos y girar instrucciones.

Su tarea se trata -según lo que ya comienza a manejarse entre la gente de ambos- de armar equipos territoriales denominados “Comités de Defensa del Voto”; dichos equipos deben contemplar desde el más humilde representante casilla hasta el más encumbrado líder distrital y representante electoral.

Su trabajo pretende subsanar una deficiencia histórica de las estructuras políticas de la izquierda. Por decenas de años han sido inexistentes o de capacidad muy limitada para garantizar que se cuenten sus votos.

En el pasado reciente, las elecciones de 2016 y 2018, dicha estructura fue pura simulación. Si tuvieron triunfos indiscutibles fue por el fenómeno AMLO, más no por una sólida organización como la que por años han logrado tener el PRI y el PAN, por citar los ejemplos más característicos.

Así que independientemente de los intereses grupales y las metidas de pie, que son el pan de cada día en Morena, con eso cargan Holguín y Domínguez. A ver si están a la altura del compromiso con el partido.