La Visión de Chihuahua / 15 de octubre 2020
La política está en su peor momento, me cuesta trabajo aceptar y más escribirlo, pero veo a la sinrazón hecha gobierno. El panel de control saturándose de intensas luces rojas parpadeantes, sin que los responsables de advertir problemas y reparar desperfectos presten atención al desastre, engañándose con que nada pasa o, quizás, esperanzados en que reviente para echar culpas sobre los conservadores y los añorantes de la corrupción, confiados en que el caos inminente les vendrá como anillo al dedo. Así, desde las ruinas, restaurarían a sus anchas la cuarta transformación.
El estruendo de alarmas encendidas excede lo visto en crisis anteriores: El partido oficial, Morena, se despedaza desde adentro –Muñoz Ledo acaba de presentar una demanda penal contra Delgado, lo más reciente-; El IEE convertido de oficio en órgano elector en Morena, va por la tercer encuesta, mientras el Tribunal Electoral cancela por consigna oportunidades de nuevas fuerzas políticas; en la cima de la pandemia la prioridad es “regañar” a senadores por que se portan mal con López Gatell; desaparecen cuatro camiones cargados de medicinas contra el cancel infantil, camiones y medicinas que nadie vio ni supo dónde estaban; la primera dama que no es primera dama exhibe sus traumas en Europa, peleando contra fantasmas centenarios del pasado; los diputados desaparecen 109 fideicomisos civiles, al tiempo que aumentan el fondo de los fideicomisos militares en más del mil por ciento; el Secretario de Seguridad será premiado con la candidatura al gobierno de Sonora, cuando su herencia de muerte superó en sólo dos años a los seis de Calderón; una recesión económica histórica sin precedentes y el gobierno desalentando la inversión privada; el mundo gira hacia las energías limpias y México instalado en carbón y petróleo, por instrucciones de la Secretaría de Energía y el director de la CFE y un largo etcétera.
Es demencial, una carrera alocada hacia la destrucción y a nadie en el gobierno, empezando por el Presidente, parece incomodarle. En vez de hacer un alto y valorar los resultados de sus políticas en éstos primeros dos años, justo cuando más se agolpan los problemas, estimulan delirantes e insustanciales discusiones -¿Cuántos ángeles caben en la punta de un alfiler?- cuestionando los méritos de Colón para una estatua, que deciden retirar cuando la gente duerme, o exigiendo que la Iglesia Católica y España ofrezcan disculpas por atropellos de hace quinientos años sufridos por pueblos cuando México todavía no existía.
¿Traumas irreparables del pasado? ¿Fobias de resentimientos malcurados? No, es la convicción de un régimen ineficaz en sus políticas públicas, sin idea de gobierno ni compromiso con la gente, la prioridad de un régimen inspirado en ideologías genocidas desacreditadas en el pasado, que recurre al revisionismo histórico como instrumento de polarización social. Mantenernos distraídos hasta que concluya el proceso electoral y se quedan con las diputaciones que les permita reforma la Constitución a gusto del Sumo Tlatoani y Líder Amadísimo. Ahí nos tienen, atrapados discutiendo estupideces mientras el país colapsa.
Rompeolas
Dinámico y trascendente el informe del rector Luis Alberto Fierro ¿Cuantos años tenía la universidad queriendo cambiar su modelo académico? Que yo recuerde desde Piña Marshall. Pues bien, el rector pudo informar al fin que “en este ciclo inició el proceso de Renovación UACH-DS, el logro más relevante no sólo de la actual administración, sino de nuestra Alma mater, por la importancia que tiene una administración distinta para tiempos distintos”. Esta formidable tarea es obra de muchos maestros y maestras, cientos en toda la Universidad, a quienes el rector reconoció su esfuerzo y dedicación al proyecto, en el que se concentraron durante años. El nuevo modelo está en concordancia con los objetivos de desarrollo sustentable de la ONU, uno de los cuales plantea poner fin a la pobreza y al hambre en todo el mundo antes del 2030, combatir la desigualdad dentro de los países y entre ellos, así como edificar sociedades pacíficas, justas e inclusivas.
Desde luego, destacó el hecho de que la Universidad Autónoma de Chihuahua no se haya detenido frente a los desafíos del Covid, al contrario, se puso de pié y siguió trabajando contra toda adversidad. El legado de Luis Fierro perdurará en nuestra Universidad, soportando criticas y no pocas grillas, arrastrando una forzada austeridad y muchas veces víctima de incomprensiones, sacó la reforma académica adelante tantos años anhelada, una reforma que pone a la Uach en dirección de la excelencia académica y la inserta en los objetivos más nobles del humanismo. Estrellita en la frente, la tiene bien ganada.
