Ayer sostuvo encuentro secreto Javier Corral con Dante Delgado. Es la segunda encerrona que protagonizan ambos políticos en apenas un mes
LA COLUMNA / de El Diario / jueves, 24 septiembre 2020 |
-Prepara fuga Corral al Movimiento Ciudadano
-Secretarios en pugna por bono Covid
-Presumen alianza panista en la bolsa
-El plan hídrico no contempló las presas
Ayer sostuvo encuentro secreto Javier Corral con Dante Delgado, dirigente nacional del Movimiento Ciudadano (MC). Es la segunda encerrona que protagonizan ambos políticos en apenas un mes.
El gobernador pertenece al Partido Acción Nacional (PAN). Frecuente, pública y ruidosamente ha peleado con sus distintos presidentes en el país. Ha involucrado acusaciones inclusive de corrupción contra Ricardo Anaya y el ahora senador, Gustavo Madero, dos de los exlíderes más agredidos aunque ya enmendadas las posturas con el segundo de ellos.
Ha sido también enorme la apatía y desinterés en la actualidad hacia la presidencia partidaria que ostenta Marko Cortés, último en enterarse y a través de los medios de comunicación, sobre las acciones desarrolladas por Corral con impacto en Acción Nacional.
Ayer la reunión con Dante fue, igual que otra a mediados de agosto, en la Ciudad de México. Ha sido evidente su operación en Chihuahua más en el bando del partido naranja que incluso hacia el interior mismo de Acción Nacional.
Desde Palacio de Gobierno surgen líneas hacia los diputados federal y local del MC, Alan Falomir y Lorenzo Arturo Parga, respectivamente.
Corral presume que tiene el control del PAN en el estado, y en teoría es así. Su presidenta, Rocío Reza, forma parte de su equipo; también el líder del PAN en el Congreso del Estado, Fernando Álvarez, pero en los hechos tiene encima al grueso de la militancia, entre la que se encuentra casi la mitad de los diputados en el Congreso y la inmensa mayoría de los presidente de los comités municipales.
Es consciente Corral de la debilidad tremenda que sufre al interior de su partido, producto de su falta de atención como gobernante y como líder. En consecuencia, el aludido grueso militante ha tomado como su cabeza para el próximo proceso electoral a la alcaldesa de Chihuahua, María Eugenia Campos, a quien el gobernador ha convertido en franca enemiga.
En ese escenario se explican los encuentros con el Movimiento Ciudadano. Si la “oposición interna”, la estatal y la nacional, siguen manteniendo el control de la vida partidaria, y por lo tanto las candidaturas hacia la campaña 2021, el ‘plan B’ debe ser el partido del veracruzano Dante, mismo por el que ya van perfilados públicamente los independientes del sur del estado, aliados con Corral.
***
Bien se había dicho que en determinado momento llegaría la tensión en las relaciones entre las secretarías de Hacienda y Salud, tras la aparentemente errónea designación del no médico Eduardo Fernández Herrera como titular de la segunda. Pasó lo que tenía que pasar y ya entró en pugna con su exjefe Arturo Fuentes Vélez.
No es desconocido que Fernández salió de pleito con Fuentes Vélez cuando se disputaron el control de las finanzas estatales, hechas un desastre, por cierto. Pero así como no hay reses a favor de las hamburguesas, el ahora secretario de Salud estaba en contra de cualquier programa que significara un gasto extra, el que fuera, para el erario.
Muy cuidadoso de los egresos cuando fue subsecretario de Hacienda, ahora Fernández Herrera pugna por resucitar el opaco y selectivo bono Covid. La prestación extraordinaria se anunció en abril por Javier Corral y se pagó unas cuantas quincenas.
Además de que hubo diversas quejas porque se favorecieron a unos que ni siquiera estaban en la batalla contra la pandemia, el dichoso bono se acabó mucho antes siquiera de que la emergencia alcanzara su fase más crítica. Falta de planeación o de recursos, como sea, el caso es que sirvió nomás para el marketing gubernamental. Quedó muy lejos de ser una realidad palpable.
Pues bien, desde la semana pasada Fernández comenzó a presionar a Hacienda para que fluyan más recursos a Salud y poder fondear de nuevo el bono con mayores expectativas. Aunque lo merece el personal que da la batalla contra el Covid, la realidad es que la caja pública está desfondada, hecho que pretende ignorar el que ya fue subsecretario.
Sin embargo el secretario de Salud ya está del otro lado de la barra, más de borracho que como cantinero, y está aferrado a sacar el bono o a hacer berrinche si no lo suelta Fuentes Vélez; éste, aferrado a no aprobarlo. Aquí sale sobrando quién tenga la razón, sólo queda en evidencia la ineficaz respuesta de un gabinete estatal que jamás maduró.
***
La presidenta del PAN Estatal, Rocío Reza Gallegos, está a un paso de lograr con el favor del corralismo la mayoría de consejeros que le autoricen la tarea de explorar alianzas con otros partidos con miras a la elección 2021.
A unos cuantos días de que se realice la sesión del Consejo Estatal del PAN en la capital del estado, la versión que traen los integrantes afines a la dirigencia es que no es una tarea imposible de alcanzar. La propia presidenta ha estado llamando y reuniéndose con los consejeros para ello y de Palacio de Gobierno han ajustado tuercas. Eso presumen.
Autorizar al PAN para buscar alianzas, como ya se sabe, iría en contra del proyecto de la alcaldesa capitalina María Eugenia Campos para 2021. Con alianza Acción Nacional se ahorraría cualquier proceso interno y la candidatura a la gubernatura sería por designación directa, abriéndole posibilidades a cualquiera, menos a la puntera de las encuestas.
Falta ver que sea cierto lo que afirman los corralistas de tener el control del Consejo Estatal del PAN, con un 60-40 a su favor, y con ello la autorización de las alianzas. Los grupos al que el corralismo ha despreciado afirman tener arriba del 70 por ciento de los asientos en el máximo órgano azul, suficiente para negarle a la dirigencia esa o cualquier otra decisión.
Con esas apuestas llegarán los consejeros panistas a su sesión crucial de este sábado, la cual lejos de apaciguar los demonios dentro del partido habrá de alterarlos todavía más, si es que se puede.
***
Una referencia que hicieron los diputados de Morena pegó duro en las oficinas de la casi desaparecida Junta Central de Agua y Saneamiento, cuya labor ha sido nula en el conflicto entre los productores y la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Los legisladores morenistas (casi todos, pues Gustavo “Pichú” de la Rosa apareció solamente de forma virtual) se reunieron en la Plaza de Armas el pasado martes, desde donde dieron su respaldo para cumplir los acuerdos con los agricultores de la zona centro-sur.
También dieron el espaldarazo al presidente Andrés Manuel López Obrador en el conflicto por el agua, que ha alcanzado niveles inimaginables.
Pues bien, la referencia que presentaron los morenistas puede verse en una imagen en la versión digital de La Columna, correspondiente al Plan Hídrico 2040 que lanzó el gobernador Javier Corral en 2018. En el documento se asienta, entre mil asuntos más, la problemática que observan los productores, donde no aparece con señalamiento alguno el tratado binacional que obliga al pago de agua a Estados Unidos.
Ello demuestra la politización del conflicto de las presas, pues la visión que se asienta en el diagnóstico señala como grandes problemas la sobreexplotación de los acuíferos y la necesidad de buscar alternativas para los cultivos que más agua demandan, el nogal y la alfalfa.
El re-uso del agua y garantizar su abasto para consumo humano son otras de las prioridades detectadas desde que se elaboró el dicho plan, que ahora los morenistas le echan en cara a la administración de Corral.
De toda la problemática planteada, no hay una sola acción estatal encaminada a resolverla. Eso demuestra, en la visión de los morenos, cómo la bandera del agua de las presas se utiliza de forma perversa y electorera, no con el fin de buscar soluciones sino con la idea de elevar las confrontaciones.
