Insensatez y “LOCURA”, arrastran al gobernador

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Por Mario Hector SilvaJun 26, 2020

Fue la estocada final, y un golpe al hígado al mandatario estatal, Javier Corral Jurado, quien en los próximos meses empezará a quedarse solo, muy solo, en el ocaso de su gobierno…

TORRE FUERTE

No tenía que ser así, pero la insensatez y falta de cordura, y la ambición del gobernador de Javier Corral, por manipular y meter, con calzador entre los suyos, una reforma electoral, que no tenía espacio en el estado de Chihuahua.

Es el fiel reflejo de un quinquenio que en medio de las vendettas y los desaciertos, vomitan un ejercicio de gobierno y presagian el descalabro político más contundente para un personaje que, sin misericordia, se ha dedicado a perseguir a sus enemigos, dentro y fuera del PAN y de la estructura del poder gubernamental.

El mandatario panista que tropezó con sus propios afanes político-personales, en esa búsqueda frenética por el poder y por asirse de la candidatura presidencial del PAN, incluso, previo, a la designación formal del exdirigente nacional de su partido, Ricardo Anaya Cortés, cuando tenía apenas unos meses al frente de la administración estatal, arrastró al precipicio a un puñado de sus incondicionales:

Fernando Álvarez Monje, el coordinador de los diputados azules en el Congreso del Estado, a la exdiputada federal, Rocío Reza Gallegos, la presidenta estatal del PAN, al secretario general, Luis Fernando Mesta Soulé y al senador Gustavo Madero Muñoz, el cómplice y ‘socio’ de su locura y sus desvaríos políticos en Chihuahua.

La paliza que le dieron los diputados en el Congreso ayer jueves, incluyendo a cinco de los once diputados de su propio partido político que decidieron no correr el riesgo, y que se facturan a la falta de pericia y trabajo político (cabildeo) de Álvarez Monje, es el mismo reflejo de todas las acciones en el gobierno de Chihuahua, cuyo gabinete, a decir verdad, en nada ha ayudado a Javier Corral.

Suficiente con hablar de los ‘hoyos financieros’ y la enorme deuda del gobierno estatal, el rechazo al plan de las obras de su gobierno en 2020, que ha vivido su Waterloo en la frontera, con avieso propósito electoral, y el descalabro de los resultados en materia de seguridad, cuya sangre sigue corriendo por las calles de las principales ciudades y por lo más recóndito de la sierra, que paradójicamente, ha ‘sepultado’ el programa de seguridad  “Justicia para Chihuahua”, para entender lo sucedido con el más grande descalabro político que ha golpeado el alter ego de su ‘majestad’, Javier I.

Allá por la capital, no pocos de los colegas y algunos analistas políticos, ven venir la iracunda reacción de un gobernador, tras el tropiezo de su reforma política, que algunos de su partido y fuera de él, deberán pagar por la humillante derrota en el Congreso.

En esa sucesión de errores del gobernador de Chihuahua, llega otro descalabro político en el peor momento para Corral: La profusa división al interior del Congreso del Estado, por parte de los diputados, Carmen Rocío González AlonsoPatricia Gloria JuradoMarisela Terrazas y Georgina Bujanda, además de Jorge Soto, integrantes del grupo parlamentario del PAN, quienes votaron en contra del dictamen negativo a la reforma propuesta de Palacio.

Los legisladores, varios de ellos identificados con los intereses de la alcaldesa capitalina, María Eugenia Campos, decidieron salvar su pellejo, y exhibieron a la vez, la falta de capacidad política, no solo de su ‘pastor’ en el Congreso, Fernando Álvarez, sino de su propia dirigente Rocío Reza, que ayer por la tarde salió a decir que el PAN era respetuoso de las decisiones de los diputados. Otro acto de simulación y una mentira más en el partido del fundador Manuel Gómez Morín.

Sus mismos diputados del PAN, le restregaron, literalmente en la cara al emperador Javier I, una serie de argumentos violatorios a la Constitución Federal y a la Ley General de Partidos Políticos y decidieron darle la espalda, votando a favor del dictamen que previamente se había elaborado en las comisiones, que anticipaba el descomunal descalabro político del gobernador, y cuya propuesta no fue retirada del Congreso por la insensatez y falta de cordura del Ejecutivo.