El Observador / 4 de diciembre 2020
Mañana sábado se darán las primeras lecturas de quienes realmente son los que llevan apoyo para registrarse en la Ciudad de México como aspirantes a la candidatura por la gubernatura de Morena.
Fueron ocho los que anunciaron que buscarán “hasta la muerte” esa posición, pero son solo dos tienen posibilidades de tenerla, y a uno de ellos lo quiere meter a la cárcel el gobernador Javier Corral.
Bertha Caraveo, Carmen Almeida, Leticia Ortega, Cruz Pérez Cuellar, Juan Carlos Loera, Rafael Espino, Martín Chaparro y Víctor Quintana, son quienes ya compraron el boleto de avión para acudir a inscribirse. Dicen las malas lenguas que varios de ellos desde ayer ya estaban en la ciudad de México y que a Quintana lo vieron pidiendo rait en los vuelos de Corral.
De esos ocho, todo mundo sabe que Bertha Caraveo, Leticia Ortega, Martín Chaparro y muy, pero muy, posiblemente Víctor Quintana, terminen por declinar a cambio de una posición política para ellos o para su equipo; dicen que a Quintana no le caería mal una diputación federal por aquella región de Cuauhtémoc.
Loera está convencido de que no será el candidato, pero ese afán por aparecer en las encuestas y los millones de pesos gastados en publicidad, lo ubican al menos como aspirante a la alcaldía de Ciudad Juárez, donde tendría mayores posibilidades.
Entonces, siendo realistas la candidatura para el gobierno se la saborean solo dos personas: Cruz Pérez Cuellar y Rafael Espino de la Peña, ambos contendientes bien posicionados en las encuestas.
Lo malo es que para el senador, su obstáculo mayor podría ser su compadre Javier Corral.
Este Fisgón estará atento de cómo va la redacción de la carta donde se comprometen a no robar, no mentir y no traicionar al pueblo.
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Un buen respiro consiguió Maru Campos al lograr un amparo federal para callar la boca a todo el que pretenda mantener el linchamiento político en su contra.
Un juez federal concedió la suspensión provisional a la alcaldesa de Chihuahua y ordenó que ninguna autoridad pueda verter juicios de valor y ni hacer pública cualquier información relativa a carpetas de investigación judicializadas que pudieran existir.
El amparo directo que tramitó Maru Campos en el Juzgado 11 de Distrito, finalmente le fue concedido para que ninguna autoridad de cualquier nivel, relacionada con la Operación Justicia del Gobierno del Estado, emita comentario alguno que afecten el principio constitucional de presunción de inocencia.
El juez dictó que con fundamento en el artículo 128 de la Ley de Amparo, se concede la suspensión provisional para el efecto que en lo subsecuente, las autoridades responsables se abstengan de hacer pública cualquier información relativa a la quejosa María Eugenia Campos Galván en carpetas de investigación posiblemente instruidas en su contra.
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La guerra sucia se trasladó a la Ciudad de México: primero, Cruz Pérez Cuéllar aprovechó la palestra nacional que le ofrecieron los medios para dejarse caer contra el gobernador Corral y su persecución.
Desde ayer, el aparato jurídico del Gobierno del Estado se encuentra en la capital del país y hoy, el fiscal Augusto Peniche presentará ante la Cámara de Diputados una ampliación a la solicitud de desafuero en contra del senador Cruz y luego ofrecerá una conferencia de prensa.
El gobernador Javier Corral anda también allá ofreciendo “su veldá” y de pasada recibió un reconocimiento de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, precisamente por el combate a la corrupción. En ese foro refrendó que era ese su principal compromiso de Gobierno.
Mientras, la bancada de Morena en el Senado se volcó en manifestaciones de apoyo para el senador Cruz Pérez Cuéllar y en contra del gobernador de Chihuahua, a quien ya abiertamente señalaron de entrometerse en el proceso electoral.
Por si fuera poco, el ajonjolí de todos los moles, es decir, Andrés Manuel López Obrador, aprovechó la recta para darle un llegue al gobernador Corral, que aunque dijo “no me corresponde”, si señaló que no se puede acusar sin pruebas.
Total que nada más para lo malo Chihuahua se coloca en la mirada del país.
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Ya nada más faltaba que el presidente Andrés Manuel se desmintiera y “con sus propios otros datos” y lo hizo.
Resulta que al finalizar su Segundo Informe de Gobierno, el mandatario afirmó que una encuesta muy confiable le indicaba que el 71 % de los mexicanos estaban contentos con su forma de gobernar.
Pues, ayer en su mañanera, Andrés Manuel reveló que la supuesta encuesta fue realizada por la Secretaría de Gobernación y aplicada a 2 mil 500 mexicanos.
Sin embargo, “sus otros datos” no le cuadraron por más que trató de explicarlos.
En las gráficas que mostró el presidente en vivo a todo el país, se vio claramente cómo el 47.2 % de los encuestados consideraba que su situación económica está peor con este gobierno, un 39% que igual y solo 12.8% que está mejor.
En otra pregunta “En una escala del 0 al 10, donde 0 significa que lo hace muy mal y 10 muy bien, ¿qué calificación le daría a AMLO como presidente de la República?” la calificación promedio fue de apenas un 6.6. Claro que López Obrador lo interpretó como “que es mejor que la administración anterior”.
En la comparación precisamente contra Enrique Peña Nieto, 60% consideró que AMLO es mejor; el 18.8 % que igual, el 17.5% no supo y 3.8% mejor no contestó.
Añadieron la pregunta “¿Si hoy fuera la consulta para valorar el trabajo de AMLO como presidente, usted votaría por que renuncie o que termine su sexenio?”, y supuestamente la encuesta arrojó que el 71.1% está de acuerdo en que continúe; 23% que renuncie; 2.0% no le importa y no contestó 3.9%.
Es decir, ese último dato no cuadra con los anteriores que dijeron que su situación estaba peor y el 60 % que era mejor que Peña.
Luego adelantó que seguirá haciendo esta encuesta cada mes con los recursos de la Secretaría de Gobernación. Bueno, para algo debía de servir.
