GPS / Dominical / El Diario de Chihuahua / domingo, 09 agosto 2020 |
Si Armando Cabada fuera pan comido, ¿qué caso tendría que el corralista Instituto Estatal Electoral hubiera dado entrada finalmente al proceso de revocación de mandato impulsado con certidumbre por opositores al independiente alcalde de la frontera?
En dicho razonamiento por una parte puede creerse que la revocación de mandato afecta al alcalde por las razones que son desplegadas en la solicitud, pero por otra parte da la impresión de que se trata de una jugada del propio edil y de Palacio de Gobierno para reforzar su imagen y su presencia en el estado sin necesidad de una campaña constitucional.
Se antoja difícil la tenebra de una jugada entre Cabada y Corral, pero en el ánimo de la especulación de salvadores del mundo cafeteros ya se ha escuchado en diversos merenderos, de esos que están funcionando con estrictas medidas de seguridad entre sorbete y sorbete del aromático grano. Alguno de estos especuladores muy cercanos al círculo rojo.
Encuentra sustento la elucubración en que no es desconocida la fantasiosa y febril calentura de poder que ha enfermado al principal habitante de la casona de cantera ubicada en calle Aldama, y que lo lleva hasta el delirio a crear escenarios de verdadera trama ajedrecista, idénticos a los que acusa en su antecesor, construyendo engaños y mentiras sin fin, irreflexivo en las consecuencias de enturbiar el proceso electoral que arranca el mes que entra en el ámbito federal y sin reparar en el costo de estos instrumentos. Si nada se hace a nivel federal sin VoBo del Presidente, en el nivel estatal nada se hace sin autorización del gobernador.
Fuera de la especulación, la determinación del Instituto Estatal Electoral (IEE) está forzada, cae por su propio peso ante los argumentos de los votos particulares de los consejeros Gerardo Macías y Saúl Rodríguez, que casi casi le elaboraron el escrito de agravios a Cabada, para que sólo sustituya las firmas y las presente ante el Tribunal Estatal Electoral (TEE), donde resulta complicado que sobreviva a la revisión constitucional y legal, salvo un emergente voto de consigna de los magistrados a favor de Palacio, lo cual se antoja verdaderamente difícil pero no imposible.
Hay gran resentimiento en el TEE en función de la intentona de Palacio por desaparecer dos magistraturas y por los recortes presupuestales inferidos antes y después del Covid, operación de estorbo y golpeteo permanente operada desde diversas instancias, principalmente la Secretaría de Hacienda.
Son esos argumentos jurisdiccionales planteados bajo la pluma del consejero Saúl Rodríguez, estocadas fatales para el proyecto autorizado, fundamentalmente por el empalme con las elecciones federales. Rodríguez fue durante dos Consejos del IEE secretario y jefe jurídico del organismo. Tiene peso su opinión.
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Enfrenta la referida revocación de mandato la víspera del proceso electoral federal, que arranca en septiembre, con la instalación del Consejo General, consejos locales y consejos distritales, a cargo de organismos federales.
En lo local la instalación es posterior, sin embargo el proceso del mecanismo de participación ciudadana implica el uso de recursos humanos, materiales y financieros, que se supone ya cuentan con una bolsa prevista en el Instituto Electoral y que podría ser por encima de los 10 millones de pesos.
Requerirá cientos de personas en centros de votación similares a las casillas electorales, que tendrán que ser capacitadas; se necesitan urnas transparentes, boletas del Sí o el No, marcadores, mamparas para proteger la secrecía del sufragio. El escaso personal del IEE deberá partirse en mil para atender la revocación.
Es un proceso electoral en forma aunque su denominación sea otra. Por ello, se cuestiona que se distraiga al árbitro electoral, cuando debería estar preparando el proceso constitucional próximo, donde se elegirán 67 alcaldes, igual número de síndicos, 33 diputados y gobernador, en elección simultánea de diputados federales y senadores.
Si los tiempos se agotan, como ocurrió con el plebiscito por el alumbrado público en esta capital, se estaría acudiendo a la revocación de mandato en febrero o marzo próximo, ya en medio de precampañas.
Es un despropósito hacerlo, por la innegable intervención de autoridades y factores reales de poder en los comicios, incluyendo partidos políticos, con ingrediente de una revocación que recae en uno de los aspirantes a la gubernatura, el independiente Cabada. Sabe a jugarreta para mínimo enturbiar la voluntad ciudadana con un elemento extraño de distracción.
Este es uno de los elementos a los que se refiere Saúl Rodríguez en el voto particular, y que la reforma federal en materia de participación ciudadana advierte en la iniciativa que finalmente fue votada a favor en la Cámara de Diputados.
Además pesa que el proceso de participación ciudadana se realice en plena pandemia. El semáforo es naranja, tirando al colorado. Se han tenido que modificar los indicadores para forzar la apertura, pero ya estamos por llegar a mil muertos en la entidad, con brotes constantes y casi mil quinientos contagios activos por catorcena, 220 hospitalizados diarios en promedio, en un panorama de ausencia de pruebas PCR y medidas erráticas en el ámbito estatal y federal.
En ese contexto de incertidumbre, donde la gente es instada a quedarse en la casa y no salir a la calle, organizar el mecanismo de participación es de locura e irresponsable por enviar a miles de personas a exponerse de manera innecesaria, primero para conseguir firmas y segundo para acudir a las mesas receptoras de votos.
Es más, para las fechas de su realización, probablemente Cabada ya haya pedido licencia incluso definitiva para separarse del cargo. Es puro golpeteo con fines electorales y jugadilla perversa.
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Es cierto que Cabada no encabeza las preferencias de acuerdo a las diversas encuestas que se han dado a conocer, pero conserva un nivel de aceptación estatal más que respetable. No hay candidato ganador que no requiera votos suficientes en aquella frontera. Corral lo sabe bien, porque lo sufrió en carne propia. Fue Maru quien lo salvó en su desastrosa campaña que no pudo prender en su natal por adopción ciudad.
Entrados en conjeturas, el edil juarense es un contendiente que debe ser sacado de la pelea. El PAN y Morena serían los principales beneficiados, porque encabezan como partidos las preferencias, muy cercanos en una especie de empate técnico.
En este sentido, ha germinado la especulación de la tenebra ya señalada al principio, de un acuerdo en lo oscurito entre Cabada y Corral, para hacer crecer al independiente en un proceso de participación anticipado, no para el año que entra, sino para fines de éste, para catapultarlo y convertirlo en mártir.
Eso permitiría ubicarlo por encima de Maru Campos y Cruz Pérez Cuéllar, que encabezan las preferencias en sus partidos e incluso en las encuestas a población abierta, muy por encima de Gustavo Madero o Rafael Espino, y algo modesto sobre Juan Carlos Loera. Los primeros dos protegidos e impulsados por el mandatario y algunos capitanes de empresa particularmente de Chihuahua.
Las conjeturas apuntan entonces a una manipulación para incidir en la jornada electoral estatal e indudablemente en la federal. Deben Sánchez Cordero, la Secretaria de Gobernación y el INE parar antenas.
Todo ello hace que la revocación pretendida y autorizada por un órgano controlado por Corral, no por designación, sino por sostenimiento económico -el que paga manda- se encuentra bajo innegable sospecha, un adelanto para influir en las elecciones del 2021.
De entrada, Cabada tiene campaña gratuita.