Atacar al humanismo bajo el pretexto de Duarte

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El Diario de Chihuahua / domingo, 12 julio 2020

La Operación Justicia para Chihuahua se devela en sus más íntimos motivos como una estratagema estrictamente electoral. La usó Corral para llegar al poder en 2016, engañando a sus aliados en la Unión Ciudadana. Ahora pretende que sea la llave que abra la gubernatura en 2021.

Debe obtener protección para su ejercicio gubernamental plagado de irregularidades y actos de corrupción que han sido pasados por alto en el Congreso y en la Auditoría Superior.

Trata de forma desesperada de limpiar el camino al consentido, como se le conoce al “Batito” Gustavo Madero Muñoz, que no ha logrado prender ni siquiera en el gabinete mismo.

Sin personalidad ni carisma, odioso donde se presenta, el senador es la indudable jugada maestra para construir el sueño guajiro igualito que su enemigo, quien también lo intentó en su momento con idéntico personero que jamás prendió.

No importa si en ese derrotero entrega el gobierno estatal a Morena, pasando por encima de compadrazgos sellados en la pila del bautismo o de una de las panistas mas queridas y estimadas, doña María Eugenia Galván Antillón, ella sí de cepa mucho antes que el ex-joven maravilla hubiera sido premiado con una diputación local, pese a su doble nacionalidad y la mentira que rodea este episodio.

El fin justifica los medios, sin rubor alguno. Fue incapaz de imponer la reforma electoral para generar candados a Pérez y Campos, pretendiendo influir indebidamente en la vida interna de los partidos. 

Ante la derrota ahora lo intentará por la vía del Ministerio Público, seducido en su debilidad por lo superfluo. Mientras los chihuahuenses enfrentan una de las crisis más terribles en materia de economía y seguridad, él se entretiene en estos juegos de poder que le permiten vivir plácidamente a expensas del presupuesto público; incluidos mandaderos de lujo, los pobres policías que lo escoltan.

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Son casi cuatro largos años de administración extraviada para Chihuahua, bajo una obsesión que distrae recursos sin fin y compromete los pocos que existen. Tiempo perdido que no se va a recuperar.

En ese peculiar estilo superficial, desde el lunes no sabe otra cosa Corral que festinar como infante, primero en secreto, luego en público, la detención del odiado enemigo. 

No lo dice, ni lo aceptará jamás, pero sufre de berrinche porque fue dejado fuera de la película triunfal, avasallado por el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador y su cómplice y homólogo estadounidense, Donald Trump.

Al confirmar la noticia, de inmediato inició una campaña mediática para disputar los méritos y tratar de jalar los reflectores nacionales hacia su persona. Había que sacar raja a como diera lugar en todos los frentes, principalmente el político.

Desgarbado salió con una atropellada conferencia y al día siguiente con unos cuantos medios nacionales presumió en boletín una “rueda de prensa histórica”. 

Nada de eso. El procedimiento federal corre por cuenta de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Fiscalía General de la República y Secretaría de Gobernación.

Contrario a sus deseos, es un espectador únicamente. Frustrado ordenó iniciar nuevas indagaciones judiciales con objetivos políticos, tope donde tope.

No actúa como gobernador, tiene sueños de fiscal, paradójicamente desde la inexperiencia del litigio y un título profesional obtenido casi por correspondencia.

Ahora pretende ir contra Cruz Pérez Cuéllar y María Eugenia Campos Galván, con la acusación, hasta el momento sin sustento, de una nómina secreta localizada en una de las casas de Duarte. Casualmente ambos van a la cabeza en las encuestas por la gubernatura.

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La licenciada en derecho María Eugenia Galván Antillón destacó en la trinchera con Don Luis H. Álvarez, con quien ocupó una cartera en la administración municipal en 1983.

Luego fue pilar en la administración de Francisco Barrio Terrazas, ocupando la titularidad de la recién creada Dirección de Fomento Social. Fue parte fundamental del círculo cerrado del primer gobernador panista.

Desarrolló una amplia carrera política, incluida una diputación federal, con gran presencia y reconocimiento en las filas del Partido Acción Nacional. Hoy ocupa un humilde puesto de tercer nivel en la misma administración estatal.

Es uno de los pilares indudables del albiazul, construido desde gente sencilla entregada a sus ideales. Ir contra Maru es ir no sólo contra su madre, sino contra lo que ella representa, una larga tradición panista; una idealista profunda de su ciudad, Chihuahua.

En ese recorrido, Maru no está sola. Tiene reconocimiento a su carrera y estima en las filas panistas, desde el juvenil, dos diputaciones, una federal y otra local. Es la primera mujer electa como alcaldesa en la capital del Estado y es también la primera en reelegirse. Su relación con Marko Cortés y con el panismo nacional es de altura. Es la actual dirigente de la Conferencia Nacional de Municipios.

De ese crecimiento político se ha valido incluso el gobernador. No son gratuitas sus deferencias de atención y cariño hacia Maru y Doña María Eugenia. La imagen que mostramos en ediciones impresa y digital ocurrió durante una de las tomas de protesta. Ambas sonríen por alguna broma con el titular del Ejecutivo.

En 2016, Corral y Maru hacen la señal de la victoria, la noche misma de los comicios, rodeados de los panistas que contribuyeron decisivamente a su triunfo. Se inauguraba una era de colaboración.

En 2017, con motivo del primer informe de la alcaldesa, Corral se desvivió en reconocimientos. “El orden de gobierno más cercano al ciudadano es el municipio, lo que en humanismo político se denomina la casa grande, la cual debe ser ejemplo de cordialidad y de justicia, eso es lo que se ha hecho en este primer año en la capital, nos sentimos orgullosos de la administración de María Eugenia y la quiero felicitar a ella y a sus colaboradores”.

Y agrega: “Si en algo coincidimos la alcaldesa de Chihuahua y yo, es en que el primer año ha sido un reto complejo pero apasionante trabajar a favor de los chihuahuenses”.

Dos años después, el cinco de septiembre de 2019, Corral se refirió en idénticos términos a la presidenta municipal, con motivo del primer informe del segundo período de gobierno municipal.

Resaltó su trabajo, vocación de servicio, y espíritu. A tres años de gestión -expresó-, la alcaldesa ha mostrado compromiso y empeño para detonar el desarrollo y la transformación de Chihuahua.

Contrario a todo ello, hoy -después de cuatro largos años- azuza a sus enemigos y los lanza a su yugular por el mero apetito de seguir en el poder a través de Madero.

Nunca fue su candidata a la alcaldía y hoy tampoco lo es a la gubernatura. Hay que despejar los obstáculos en la lucha por la sucesión, aunque se destroce la única plataforma viable del PAN.

Sin miramiento alguno, Corral intenta despacharse con la cuchara grande, aunque cause agravio y abra herida en el panismo más acendrado, lo cual parece no preocuparle.

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En todos estos desvaríos, Corral deja en vistos rubros fundamentales como son la pretendida austeridad que quedó en meras promesas, igual que el tratamiento a la deuda que fue simulación y los obligados empréstitos a corto plazo para darle vuelta a la ley. La seguridad abandonada, con niveles nunca vistos en los últimos años, ocho mil 500 homicidios tiñen de rojo la entidad.

Todo ello para ocupar el tiempo en sus principales distracciones, la obsesión por el odiado enemigo que finalmente fue detenido y que se encuentra en vísperas de un largo juicio, y sus debilidades humanas que lo llevan del tenis, al golf; sus entrañables viajes con cargo al erario público y hoy la sucesión.

La intencionalidad perversa es la judicial para sacudirse a los punteros del 2021, apoyado con trabajo sucio en Parral, tierra donde arrancó en la práctica la campaña de su candidato, pasando por encima de la ley, su partido y de cualquier forma dictada por el humanismo político que tanto presume.